HABILIDADES DEL SIGLO XXI

Hoy en día, la educación tiene matices que la diferencian de la educación del siglo XX. Las tecnologías de la información y la comunicación permiten que el conocimiento esté al alcance de todos. Por ello, los estudiantes del siglo XXI están motivados para resolver problemas reales del mundo que habitan. Los estudiantes participan de comunidades donde el aprendizaje se concibe desde lo social y a su vez desde lo cognitivo, desde lo concreto y desde lo abstracto, y se entreteje con el juicio y la exploración. En el siglo pasado los estudiantes aprendían sobre y hoy día necesitan aprender para. Son estos matices los que diferencian a la educación del siglo XX de la educación del siglo XXI. El desarrollo de las habilidades del siglo XXI es dinámico. Debido al avance de la ciencia y la tecnología que impone el mundo globalizado, se requiere la capacidad de adaptarse permanentemente a nuevos retos y transformaciones. En este sentido, la inclusión educativa requiere de una pedagogía en donde profesores y estudiantes se relacionan desde la complejidad y diversidad que atañe al siglo XXI. El rol del profesor es esencial para que los estudiantes desarrollen aprendizajes sostenibles, es decir, aprendizajes que se mantengan en el tiempo, sin agotar los recursos y sin impactar de forma negativa el contexto en que se desempeñan. El docente asume el desafío de aplicar una enseñanza responsiva y el estudiante encuentra la posibilidad del pleno desarrollo de su plan de vida. Es así como la inclusión educativa responde a características particulares de los estudiantes, permitiéndoles asumir su rol como ciudadanos del siglo XXI, reconociendo y valorando la diferencia individual y colectiva, permitiendo la participación y el logro de todos los estudiantes en este contexto complejo y diverso